La Silimarina es una mezcla de flavonoides, que se obtiene en forma natural del Cardo Mariano (Silybum marianum). Los flavonoides que componen la silimarina son principalmente la silibina y en menor proporción sus isómeros silicristina y silidianina, los cuales le proporcionan propiedades antioxidantes y estabilizadoras de membrana. Históricamente, la silimarina se ha utilizado en forma de extracto de Cardo Mariano para el tratamiento de pacientes con desórdenes hepáticos. Posteriormente, a mediados del siglo 20 fue aislada por primera vez y patentada como un medicamento “contra las enfermedades del hígado”. Los datos preclínicos indican que la silimarina puede reducir el estrés oxidativo y la consiguiente citotoxicidad, protegiendo así las células hepáticas intactas o las células que aún no han sufrido daños irreversibles. Estos efectos hepato-protectores se han observado luego en ensayos clínicos, en pacientes con hígado graso alcohólico y no alcohólico e incluso en pacientes con cirrosis. Asimismo, diferentes estudios han demostrado que la silimarina también tiene la capacidad de mejorar los parámetros glucémicos en pacientes con diabetes y cirrosis alcohólica. La silimarina es generalmente bien tolerada con una baja incidencia de efectos adversos. La dosis recomendada es de 300 a 600 mg al día. La silimarina no muestra únicamente una actividad antioxidante, sino también exhibe varias propiedades beneficiosas para su uso en el tratamiento y prevención de diferentes tipos de patologías y trastornos. Diversos ensayos in vitro y estudios preclínicos han demostrado sus actividades protectoras en enfermedades como el cáncer, diabetes, virus de la hepatitis C, virus de la hepatitis B, síndrome metabólico, enfermedades cardiovasculares, además de su actividad fotoprotectora. Sin embargo; para el tratamiento de las últimas enfermedades mencionadas aún existen pocos estudios clínicos que relacionen la dosis adecuada y su eficacia real.